domingo, 15 de noviembre de 2015

Karen

Estaba en el segundo año de la preparatoria, no sabía que sería el último que estudiaría en esa escuela pero comenzaron a suceder muchas cosas nuevas y sorprendentes y mi aburrida vida estudiantil.
A inicios del semestre había entrado la prima de Daniel (uno de mis amigos en ese entonces) y se encontraban muy seguido por los pasillos de la escuela, casualmente yo lo acompañaba mucho así que no tardo mucho en presentarme con ella, casualmente Karen (la prima de Daniel) siempre iba acompañada de su mejor amiga en ese entonces Gaby, entonces siempre que nos topábamos en los pasillos terminábamos platicando algo los 4, paso poco tiempo para que supiera q a los 4 nos gustaba el anime en esa época, y que a Daniel le gustaba Gaby y llevaba días haciendo una lucha por conquistarla, los encuentros comenzaron a aumentar.
Karen tenia una personalidad bastante alegre y siempre que veía a Daniel lo abrazaba bastante fuerte, poco a poco comenzó a cambiar y cuando me veía a lo lejos gritaba mi nombre y corría a abrazarme, era de esas sensaciones únicas, extrañas y bonitas que suceden y se tiene el placer de vivirlas, cada día las coincidencias aumentaban y al final de las clases a veces me invitaban a salir, era una bonita amistad y poco a poco les tome demasiado cariño, falta decir que Karen y Gaby eran dos de las niñas más bonitas del primer año, no puedo negar que muchos compañeros me envidiaban al verme rodeado por ellas o ser abrazado por Karen, pero fueron grandes momentos, el tiempo comenzó a transcurrir y me enteré que tenia que partir a otra ciudad, poco a poco me costaba más el despedirme de ella y unas ganas de abrazarla muy fuerte inundaron mi alma.
Y así el último día llego, platicamos como de costumbre y la hora de despedirnos llego, fue simple, sólo un beso en la mejilla y un abrazo pequeño casi sin importancia, como esos abrazos que das para felicitar a un desconocido por su cumpleaños, y vi como lentamente se marchaba mientras mi cabeza gritaba ¡No la dejes ir, abrázala!, mi corazón comenzó a latir demasiado fuerte y las piernas comenzaban a temblarme, ese sentimiento tan fuerte de querer hacer algo pero no tener el valor suficiente para hacerlo, pero sabia que sería la última vez que la vería, corrí, grite su nombre: ¡Karen! y antes que pudiera voltear yo ya estaba abrazando fuertemente su espalda, no podía verme a la cara, pero alzo los brazos y los puso sobre los míos para reafirmar mi abrazo, la estaba sosteniendo fuerte y si no bastara, ella estaba sosteniendo fuerte mis brazos para que no la soltara
- Me espantaste.
- Lo siento en verdad quería abrazarte con todas mis fuerzas.
- ¿Por qué no me dijiste?
- Creo que vergüenza.
- ¿Me volteo?
- Así estamos bien (respondí con una sonrisa sincera que aunque ella no veía estoy seguro que lo percibía).
 Recuerdo que en ese momento muchas personas nos quedaron viendo asombradas, pero a mi no me interesaba, el tiempo se había detenido para nosotros en ese instante, ella y yo sabíamos lo que significaba ese abrazo y que no nos soltaríamos solamente por que alguien nos estuviera viendo raro, estaba bastante nervioso y podría jurar que estaba casi temblando pero estaba bastante feliz de que solo por esta ocasión no fui rechazado y al contrario fui correspondido con mi deseo de hacer lo que tantas ganas tenia, aquel abrazo duro aproximadamente 20 minutos de los cuales estuvimos callados como 5 minutos hasta que el prefecto de la escuela nos llamo la atención alegando que estábamos dando una mala imagen de la escuela por que lo que tuvimos que irnos, fue el abrazo más largo de mi vida y sin miedo a decirlo el mejor abrazo que di en mi vida, llenos de tantos sentimientos, recuerdos y deseos juntos hasta que llego el momento de decir adiós, la despedida fue tan difícil y cruel pero inevitable, simplemente se marcho por segunda vez y esta vez ya no pude ir tras ella, esta vez debía dejar que se fuera.
Han pasado casi 7 años desde aquel fuerte abrazo y sé que ella recordaría sobre un tipo que la abrazo un día por 20 minutos...
Aunque no recuerde mi nombre, pero mientras ambos lo recordemos significa que fue un hermoso momento.
En verdad me gustaba mucho Karen...
 

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